Ivonne Castro irrumpe en la mitad del recorrido, en una animita improvisada, siempre adornada con velas, flores y palabras, que llama a no ser olvidada. Es una de las víctimas del incendio, que se dirigía a trabajar, y no logró sobrevivir a los escombros y la sangre. Ivonne, era el símbolo de la zona cero, en los días de búsqueda, cada porteño y porteña que recorría por curiosidad o mero interés el lugar, veía sus fotos, plagadas de palabras de sus hijos, sus familiares, que clamaban por encontrar a su madre, su hermana, su amiga.
Finalmente sus restos fueron encontrados, y hoy es un símbolo que muestra, que finalmente el patrimonio, las inversiones, la reactivación de la calle y todas esas cosas, van a ser erigidas sobre tragedias como las de la vida interrumpidas de Ivonne y la de aquellos para los que sus vidas fueron marcadas con un antes y un después del día del incendio, y que requieren del duelo necesario para continuar caminando. Aquellos y aquellas para los que transitar por Serrano, como yo, no es algo natural, y remueve sus heridas, aún abiertas...
Ivonne también es el símbolo de la necesidad de respuesta y de búsqueda de responsables, de re mirar el patrimonio sobre el lucro y centrar la mirada en sentido y la construcciòn de ciudad, que hagan que Serrano se transforme en un NUNCA MÀS, otro de los tantos que plagan nuestra historia.
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